UNA PRINCESA LLAMADA SALLY








En un jardín de flores encontré a una bella princesa que sus padres nombraron Sally, a sus escasos años notó que su rostro no era como el de todas, su sonrisa era notoria de entre las demás, sus sueños siempre fueron volar muy alto por los cielos creyendo que en el camino de su vida encontraría a un hombre que le llevara a lo más alto del cielo creado; pero un día triste y lleno de lluvia e incertidumbre en su corazón hubo u derrumbe. Aquel personaje de distinguido linaje quien portaba un lindo traje, rompió el corazón de la princesa causando en su entorno un tremendo dolor de cabeza.


Las lágrimas no se hicieron esperar, su corazón creyó desesperar pensando que su felicidad estaba terminada y su futuro incierto como esperar lluvia en un desierto, para su sorpresa este clima de inestabilidad no duró tanto ya que con las palabras de sus familiares y conocidos la princesa recuperó los sentidos; esos que habían estado dormidos o quizá hasta reprimidos por la presencia de este seudo hombre sin nombre, corto de amor y de esencia; su sonrisa volvió a brillar y su rostro a mostrar lo agradecida que estaba por haber encontrado la salida de su vida.


En el camino Sally comprendió el dolor como parte de su crecimiento personal, y con el pasar de las horas descubría también lo que a otros ella hacía sentir, gozo, paz, alegría en medio de un mundo inmerso en una verdadera pesadilla; descubrió su capacidad de iluminar el camino a sus conocidos hacia la libertad, abundancia, y prosperidad espiritual, dejando atrás el viejo ritual de soportar y tolerar a personas que sólo le pretendían dañar. Descubrió que el mayor tesoro de una princesa no son sus joyas sino los amigos que le rodean, fue entonces que la princesa reflexionó y notó que el despertar de su adolescencia se separó del Dios quien es del gozo la esencia.


La felicidad de Sally volvió multiplicada el día que se separó de la gente complicada, su gozo afloró cuando en Dios puso su confianza ya que fue Él quien le brindó su respaldo y calor en horas de dolor, en una plática con un religioso reconoció que después del dolor viene el gozo; a partir de ese día a la princesa Sally le pasó la pesadilla y en agradecimiento ahora a diario dobla sus rodillas en oración para tener a diario aliento y mantener su rendimiento de esto no te miento. Y tú qué esperas para entender que todo te puede suceder cuando vives en un vergel, pero con todo y el dolor Jesús siempre nos brinda su apoyo y su calor, vamos reconócele como tu Salvador.

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