Vida del Rey David - El Filósofo

Muchos recuerdan a David como el pastorcito de cabello claro que venció al gigante llamado Goliat. Otros recuerdan a David como el gobernante sabio que reunió a las tribus de Israel como una nación unida. Los textos antiguos también presentan a David como un guerrero poderoso, un diplomático astuto, y un músico talentoso. Sin embargo, con todos estos tremendos elogios, la base de la fama y fe de David se remontan a un periodo de severas pruebas y dudas en su vida. Ciertamente, David fue un verdadero filósofo.

Tempranamente en su trayectoria, David fue escogido para suceder a Saúl como rey de Judá. Aunque Saúl inicialmente estaba impresionado con las habilidades de David como soldado, político, y músico, Saúl comenzó a desconfiar de su sucesor, así que ordenó que le mataran. David fue forzado a vivir huyendo, a menudo escondiéndose por semanas en los laberintos de cuevas que rodean al Mar Muerto.

Es aquí que David comenzó realmente a hacerse las preguntas difíciles de la vida. Solo, en la oscuridad, o huyendo a través de territorio enemigo, David se abrió y honestamente compartió sus pensamientos, luchas, y miedos. David estaba descontento con el plan de Dios para su vida, y escribió acerca de esto en sus diarios de oración. Aunque Saúl no se detenía ante nada para matar a David, David nunca aprovechó sus oportunidades de matar a Saúl. Los años de David a solas con Dios forjaron su carácter ejemplar y fe inquebrantable. A través de la soledad y las luchas, David aprendió a depender completamente de Dios.

Cuando Saúl finalmente murió en una batalla no relacionada, David regresó a Judá y reclamó su posición como rey de Judá en el 1009 a.C. Siete años después, las tribus del norte de Israel lo aceptaron como rey, y se convirtió en el gobernante de una nación judía unificada hasta su muerte en el 969 a.C. David no fue un líder perfecto, ni un hombre perfecto, pero sus años a solas con Dios, humillado y desmoronado en la oscuridad, desarrollaron el alma de un filósofo-rey legendario, y forjaron un legado que permanece hasta hoy.

Vida del Rey David - Su Tiempo
"Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano. Se volvió mi vigor en sequedades de verano. "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: ‘Confesaré mis transgresiones a Jehová' -- Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. "Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado. Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él. Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia. Con cánticos de liberación me rodearás" (Salmo 32:3-7).¿Ha notado uno de los más importantes temas a lo largo de los escritos de David? Él describe un panorama de pruebas y confusión total en su vida, y aún así mantiene un compás interno que siempre apunta hacia el "verdadero norte." Mientras que la mayoría de nosotros buscamos la felicidad basados en las circunstancias externas de nuestras vidas, David descubrió una alegría más profunda en su interior. La mayoría de nosotros nos esforzamos por alcanzar la felicidad que es externa y temporal. David nos enseña a dirigirnos hacia un lugar de más profundo bienestar, donde desarrollamos confianza y esperanza en Dios, que se extiende más allá de nuestras realidades externas.



Vida del Rey David - Su Conclusión
Sí, ¡materia profunda! David aprendió que la felicidad y el gozo son cosas diferentes. La felicidad es un estado pasajero de emoción que depende del hacer. ¡Los vendedores de hoy saben esto! Sin embargo, el gozo es un proceso a largo plazo de la mente que depende del ser. Para David, son las estaciones de pruebas y sufrimiento -- caos y confusión --las que finalmente desarrollan un gozo más profundo. La clave es conocer a Dios como su compás interior.

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